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martes, 15 de julio de 2014

Los seis yogas de Naropa: yoga de la Clara Luz

Las instrucciones incluidas en el Yoga de la Clara Luz se dividen en tres secciones. La primera de ellas se refiere a la base de la bienaventuranza, indicada por los sinónimos de la Clara Luz, que son distintas características que confirman el desarrollo de ésta. La segunda sección se relaciona con las experiencias en el camino de la práctica de este yoga o con los distintos estados de la Luz manifestada a lo largo de estas experiencias. El tercero y último apartado se dedica al logro o realización de la luz real única.
Con la experiencia integrada de este Yoga en todos sus niveles se alcanza el logro del pleno conocimiento del Ser, definido en sí mismo como existencia, consciencia y bienaventuranza (Skt. Sat-Çit-Ananda).
Observando de forma constante los patrones de la  acción y de la no acción (cuando el que la lleva a cabo es un mero agente instrumental, es decir, no se identifica como el hacedor) y fijando la atención en el propio desarrollo de la sabiduría, el proceso que se desencadena es semejante al de un fuego fundiendo el hielo. De este modo, uno deshace todos los conceptos y dualidades, que quedan encauzados en el canal central (Avadhuti), donde la motricidad de la acción se detiene por completo y las fuerzas instintivas, tales como la pasión, la aversión o la confusión, se transforman en sabiduría trascendental.
Una vez se completa este proceso, el organismo físico del practicante queda trasfigurado, por lo que su “cuerpo mental” se convierte en clara luz, determinada por un gozo supremo y por la experiencia de la vacuidad. Esta práctica conduce de forma directa a la realización de Dharmakaya, lo que equivale a decir a la realización de  Mahamudra.

Fuente: Trikaya

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