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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Virabhadrasana III (Iyengar)

Esta postura es una continuación intensificada de Virabhadrasana I.

TÉCNICA
1.- De pie en Tadasana.
2.- Tome una inspiración profunda y de un salto separe las piernas lateralmente entre 120 y 130 centímetros.
3.- Proceda hasta la postura final de Virabhadrasana I sobre el lado derecho.
4.- Espire, incline el tronco hacia delante y apoye el pecho en el muslo derecho. Mantenga los brazos rectos y las palmas de las manos en contacto. Permanezca en esta postura tomando dos respiraciones.
5.- A continuación espire, y, de forma simultánea, impulse el cuerpo ligeramente hacia delante, levante la pierna izquierda del suelo y estire la pierna derecha, poniéndola firma como un bastón. Gire la pierna izquierda hacia dentro de forma que la cara frontal quede paralela al suelo.
6.- Permanezca en esta postura de 20 a 30 segundos, respirando de forma profunda y regular.
7.- Mientras mantiene el equilibrio, todo el cuerpo (excepto la pierna derecha) ha de permanecer paralelo al suelo. La pierna derecha, que debe hallarse completamente estirada y firme, ha de mantenerse perpendicular al suelo. Alargue la parte posterior del muslo derecho y estire la pierna izquierda y los brazos como si dos personas tiraran de Ud. desde los lados.
8.- Espire y vuelva a Virabhadrasana I
9.- Repita la postura sobre el lado izquierdo.
EFECTOS
La ilustración transmite la armonía, el equilibrio, la serenidad y la fuerza que se alcanza practicando esta asana. Ayuda a contraer y tonificar los órganos abdominales y modela los músculos de las piernas, fortalenciéndolos. Está recomendada para corresdores, ya que aporta vigor y agilidad.
Todos los movimiento de esta asana mejoran el gesto y el porte. Cuando no mantenemos una correcta postura de pie y llevamos el peso a los talones, retrasamos el crecimiento simétrico y la elasticidad de la columna vertebral. La postura erguida llevando el peso a los talones provoca la proyección del estómago y disminuye la agilidad corporal y mental. Esta asana ayuda a mantenerse firmemente de pie sobre las plantas de los pies, ayuda a sostener hacia dentro los músculos del estómago y aporta agilidad al cuerpo y a la mente.

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