Al igual que todos los sistemas de yoga activan la energía Kundalini, la totalidad de las formas de meditación excitan y activan la fuerza latente en nuestro interior. No obstante, algunos métodos despiertan la Kundalini más directa, rápida y poderosamente que otros. Es el caso de la Meditación Kundalini, un método francamente simple y avanzado. No resulta en efecto particularmente difícil y tampoco requiere de una enorme cantidad de tiempo. Se ejecuta con comodidad aproximadamente en treinta y cinco o cuarenta y cinco minutos. La recompensa consiste en que los resultados son constantes e imponentes, firmes y eficaces.
Acaso la palabra "resultado" parezca algo cómica para utilizarse en la descripción de la meditación. Después de todo, una gran parte de lo que sucede en el proceso de la meditación no es cuantificable, aunque los bloqueos y obstrucciones del sistema de energía son destruidos fácilmente a través de este método. La mente se limpia con facilidad, e igualmente te sentirás muchísimo más fuerte que antes de practicar. Éstos son la clase de resultados que pueden ser observador y disfrutados por cualquiera que consagre el tiempo y atención requeridos diariamente en su ejercicio.
TÉCNICA
Siéntate confortablemente con las piernas cruzadas. La postura del Loto resulta ideal, aunque tal vez para ti no sea lo más práctico; en caso de que así sea, adopta otra posición más fácil con las piernas cruzadas, manteniendo la espina dorsal erguida. Pon las manos sobre las rodillas y cierra los ojos y la boca, rozando con la punta de la lengua el paladar superior.
En esta postura, respira con facilidad y regularmente a través de la nariz durante algunos minutos. Mientras lo haces, relaja cualquier tensión innecesaria de los músculos, dejando que tu mente se limpie.
Luego, dirige la atención hacia el primer chakra, Muladhara, en el perineo, lugar situado en la misma base de la espina, entre el ano y los genitales. Enfoca allí la atención por espacio de aproximadamente tres minutos, respirando suave y completamente. Con cada respiración, siente como si lo estuvieras haciendo directamente a través de este centro de energía.
Desplaza ahora tu atención hasta el segundo chakra, Svadhisthana, localizado a lo largo de la parte inferior de la espina, en el área de los genitales. Llevas allí tu atención por unos tres minutos, respirando suave y completamente, permitiendo que la energía de la respiración fluya a través de él.
El siguiente punto de atención es el tercer chakra, Manipura, situado a lo largo de la espina en el área del plexo solar. Dirige allí tu concentración por un tiempo similar, haciendo que la energía circule por la zona del plexo solar.
Pasa después a Anahata, el cuarto chakra, localizado en la espina, en el mismo centro del pecho. Haz lo mismo que en las anteriores ocasiones, enviando la energía directamente a través del centro del pecho.
Enfoca ahora el quinto chakra, Visuddha, en el centro de la garganta; al respirar, deja que la energía fluya por la totalidad del área de la garganta.
Desde allí lleva tu atención hasta el sexto chakra, Ajna, el tercer ojo, que está situado en la raíz de la nariz, entre las cejas, pero ligaramente más arriba. Concéntrate en este punto otros tres minutos con la forma habitual de respiración. Envía la energía dentro y fuera del tercer ojo.
Porteriormente, dirige la atención hasta el séptimo chakra. Sahasrara, la parte más alta de la cabeza, repitiendo el proceso y haciendo que la energía irradie desde allí. Luego, haz descendear la concentración algunos centímetros por encima de la cabeza, como si en este punto existiera un halo de luz. Enfoca la atención durante unos tres minutos, respirando suave y completamente, concentrando la energía en este lugar.
Desde allí, dirige de nuevo tu atención cada vez más arriba, hasta el cielo, visualizando la luna y el sol sobre ti, a la izquierda y a la derecha, respectivamente. Concéntrate en estos cuerpo celestes durante otros tres minutos aproximadamente, ejecutando respiraciones suaves y completas.
Una vez realizado, conduce de nuevo la atención hasta el tercer ojo. Relájate en este centro, manteniendo la concentración enfocada, acompañándote de respiraciones firmes, regulares y completas. Sostén la atención aquí por espacio de diez minutos o todo el tiempo que desees.
Cuando hayas terminado, ejecuta dos largas y profundas respiraciones, exhalando por la boca. Después, frota las manos vigorosamente, y posteriormente frótate también por toda la cara. Abre los ojos con delizadeza y relájate un minuto o dos antes de mostrarte más activo.
Lo que esta meditación produce es la apertura del sistema de chakras, inundándolo con una tremenda cantidad de Prana -la energía asociada a la respiración-. La respiración, junto con la concentración, son las llaves de este meditación. Mantén la atención tan enfocada como te sea posible en cada centro de energía y asegúrate de que ejecutas respiraciones regulares y completas. Estos inyectará combustible a tu meditación, facilitando las condiciones necesarias para activar la energía Kundalini. Si te ejercitas meditando, hazlo por lo menos durante uno o dos años, aunque resulta deseable un tiempo más prolongado.
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