"La meditación comienza en aquella profundidad de la realidad objetiva, hasta la que han llegado el saber y el conocimiento objetivos. Por tanto, la meditación no significa un rechazo de la realidad objetiva, sino que, por el contrario, consiste en una penetración más profunda y cognoscitiva; no es la huida a un mundo onírico imaginario, sino que busca su verdad más abrumadora a través de una observación simultánea y estereoscópica de la superficie y la profundidad de la realidad objetiva.
De ello tendría que surgir una nueva conciencia de la realidad."
Dr. Albert Hoffman
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