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martes, 17 de junio de 2014

Los seis Yogas de Naropa - El Yoga del cuerpo ilusorio.

 
Para el logro de la trascendencia suprema, el Vajrayana  postula la unidad de la apariencia del mundo fenoménico y la vacuidad. En relación a esto, concibe el universo como una mera alusión mental, generada por la conceptualización en dualidad. De esta forma, asimilándose a lo que ocurre en el estado de sueño, los diversos contenidos del curso de la vigilia se consideran como un mero reflejo de los pensamientos en el espacio de la conciencia, sin consistencia real por sí mismos.
Cuando esto es comprendido y realizado mediante la propia experiencia interna, uno logra la erradicación del sentimiento de ego o individualidad, eliminando con ello los apegos mundanos que conducen al Sufrimiento del Samsara. La  desaparición de éste conlleva la liberación del ciclo de nacimientos y muertes, permitiendo en último término el acceso a la verdad última.
El Yoga del Cuerpo Ilusorio se centra básicamente en el empleo de técnicas contemplativas dirigidas a la purificación del prana vital y a la extinción de la mente dual. De este modo, su objetivo primordial es la transformación de los pensamientos mundanos en pensamientos espirituales y así, surgida como una experiencia espontánea y natural, la consecución de un cuerpo ilusorio de sabiduría suprema. Con él se comprende la naturaleza trascendente de la apariencia objetiva y dentro de ella de los cinco agregados (materialidad, percepción, sensación, objetos mentales y conciencia), y de los doce dhatus o elementos de percepción, que abarcan los cinco órganos de los sentidos y la mente, y las seis facultades que de ellos se derivan. Esto es lo mismo que decir, que el practicante adquiere la plena realización de la ilusión material.
Este cuerpo, que según su grado de sutileza se divide en cuerpo ilusorio mundano, cuerpo ilusorio inmaculado y cuerpo ilusorio más inmaculado, constituye en sí mismo un vehículo eficaz para transmitir las enseñanzas espirituales al resto de los seres sintientes, ayudándoles así al logro de la iluminación.

Fuente: Trikaya

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